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domingo, 3 de mayo de 2015

¿Es el Parkinson una enfermedad priónica? (y 2)



Comenzamos esta entrada con la misma ilustración que cerraba la anterior. No hace falta fijarse mucho para darse cuenta de que las alteraciones anatomopatológicas de la Enfermedad de Parkinson se inician en la parte más baja del encéfalo para ir avanzando con el tiempo hacia arriba, hacia la corteza cerebral. Ahora bien, ¿todo empieza "ahí" (o sea en la parte más baja del troncoencéfalo, donde aparece cortada la figura), o el problema viene de más abajo? ¿es posible que la enfermedad comience en el sistema nervioso periférico y que desde ahí se propague al sistema nervioso central? Un artículo reciente ha arrojado una inquietante luz sobre esta hipótesis: Sacino y cols, investigadores de la Universidad de Florida, inocularon alfa-sinucleína por vía intramuscular a ratones observando cómo desarrollaban una rápida enfermedad por inclusión de partículas de alfa-sinucleina en el sistema nervioso central acompañada de astrogliosis, microgliosis y un cuadro clínico de progresivas dificultades motoras. Los investigadores fueron más allá, comprobando cómo la sección del nervio ciático (la inoculación se realizaba en el miembro inferior) frenaba el desarrollo de la enfermedad, por lo que parecía claro que la proteína patógena viajaba retrógradamente por el nervio.

El año pasado Recasens y cols, del Hospital Vall d'Hebrón de Barcelona hacían pública una investigación que incidía en el papel de la alfa-sinucleína como responsable del inicio y la diseminación del proceso patológico de la enfermedad de Parkinson. Su trabajo consistía en purificar alfa-sinucleína patológica de cerebros de pacientes con enfermedad de Parkinson para inocularla en la sustancia negra o el estriado de ratones y monos sanos. La alfa-sinucleina humana exógena era rápidamente internalizada por las neuronas del huésped y desencadenaba la conversión patológica de la alfa-sinucleína endógena y una lenta pero progresiva neurodegeneración nigroestriatal. Si lo pensáis un momento la alfa-sinucleína se comporta de un modo muy similar a la proteína priónica.

Estos argumentos fueron los más llamativos de la presentación de Michael Okun en la reciente Reunión Anual de la AAN pero hay algunos más que nos gustaría destacar. Hizo referencia, por ejemplo, al trastorno de conducta del sueño REM, y a una investigación reciente que consistió en el seguimiento de una cohorte de pacientes con un trastorno de conducta del sueño REM idiopático durante 10 años, a fin de determinar cuántos de ellos acababan desarrollando una sinucleopatía (enfermedad de Parkinson, demencia por cuerpos de Lewy o atrofia multisistémica). Las cifras son elocuentes: el 30% de los pacientes desarrollaron una sinucleopatía al cabo de 3 años y el 66% al cabo de 7.5 años. 

Por último se hizo referencia a la terapéutica, con algunos avances en el tratamiento sintomático de la enfermedad. Así, se celebró la aprobación por la FDA de la Droxidopa para el tratamiento de la hipotensión ortostática neurógena asociada a la enfermedad de Parkinson. Se trata de un aminoácido sintético, precursor de la adrenalina y noradrenalina, capaz de cruzar la barrera hematoencefálica. Existe una amplia experiencia de uso en Japón y otros países de Asia, donde se viene usando desde 1989.

Podéis acceder a la presentación completa del Dr. Okun en las Sesiones Plenarias de acceso gratuito de aanondemand.org

2 comentarios:

  1. Interesantísimo estudio de Sacino y cols. inyectando alfa-sinucleina en el sistema nervioso periférico, y cómo se desarrollaba la patología en el central. Si me permites otra lectura sobre el mismo estudio, el comportamiento del sistema nervioso como sistema propio, sin divisiones anatómicas, eléctricas o neurofisiológicas (entendidas como un continuo funcional en la intervención clínica, no como separaciones de elementos que se interrelacionan entre ellos, y me refiero a SNC, SNP y SNA) nos da la idea de un órgano como elemento biológico.
    Es muy común desde la fisioterapia, separar el sistema nervioso central del periférico, y ya no digamos del autónomo, puesto que las intervenciones van dirigidas hacia la estimulación exclusiva de una parte sola, "aparcando" las otras sin sentido. La intervención en un elemento del periférico, repercute en la representación del central y del autónomo, y lo mismo si lo hacemos desde el central, al resto. Muchos estudios sobre neurodynamics (Elvey,Butler, Shacklock...) que intervienen en pacientes con dolor crónico, a través del trabajo mecánico de todo un sistema (el sistema nervioso se mueve, se desenrolla, desliza y se tensa) genera cambios a muchos niveles, como mejoras en el flujo axoplasmático, irrigación del nervio, cambios en conducción nerviosa (Kuman y cols 2013) entre otras.
    Una ventana terapéutica, sin duda. Me llamó la atención entonces su entrada por todos estos conceptos que estamos utilizando los profesionales que nos dedicamos a la neurorrehabilitación (no todos, aunque poco a poco) y esa relación como unidad, indistintamente de central, periférico o autónomo.

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  2. Muchas gracias por tu aportación David. Lo explicas muy bien y es muy ilustrativo el símil que planteabas ayer en el blog de Neurofunción sobre la autopista del Huerna.

    Un abrazo!

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